Millones de personas en el mundo (especialmente aquellas de veintipocos a treintaymuchos) oyen cada vez que salen de fiesta la palabra “selfie”. De hecho, hoy en día dar por terminada una noche de fiesta sin haberse hecho a lo largo de la misma un “selfie” parece incluso raro.
¿Qué función tiene el selfie a nivel psicológico?
No es una simple foto; el “selfie” juega un papel determinante en las necesidades psicológicas de las personas. Este es un medio por el que la persona nos muestra quién es y qué hace en su vida, permitiendo una expresión de la identidad de la persona.
La foto captura un momento de la vida de esta persona que le es significativo en ese momento y sirve como prueba de que ellos estuvieron ahí. “Yo estuve ahí… Esta no es una foto cualquiera de la Torre Eiffel, sino una foto de MÍ con la Torre Eiffel a mis espaldas” o “Yo asistí a aquella macrofiesta… Esta no es una foto de unos amigos aquella noche, sino una foto de MÍ con mis amigos aquella noche”
Además de servir como prueba fehaciente de que estuvieron en aquel lugar y en aquel preciso momento en el tiempo, el “selfie” tiene un enorme valor en las redes sociales en las que después se postea la fotografía. No damos puntada sin hilo…
¿Cómo afecta un selfie subido a Internet a tu autoconcepto y autoestima?
Cada like(me gusta), cada vez que se comparte la fotografía y cada comentario positivo en la fotografía es un chute de confianza/autoestima en la persona que subió la fotografía. Esta persona se siente valorada al leer los múltiples halagos de sus amistades... Todo un refuerzo social que cala hondo en la persona.
¿El efecto que causa? Según las leyes del aprendizaje, hemos abierto la caja de Pandora. Toda conducta que se refuerce es más plausible que se repita… ¡¡Y el refuerzo puede ser tanto material como social!! Por tanto, estamos alimentando el deseo de que se haga un nuevo “selfie”.
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