La depresión, también llamada «trastorno depresivo mayor» o «depresión clínica» es un trastorno del ánimo. Normalmente el término da lugar a su uso como “bajo de ánimo” o “triste” aunque la limitación a esta descripción omite la naturaleza esencial de “síndrome” del trastorno clínico.
Es decir, la depresión consiste en un estado de ánimo depresivo persistente o una pérdida de interés continuada más una combinación de elementos físicos y mentales tales como dificultades del sueño, reducción del apetito, disminución de la concentración, sentimientos de desesperanza y falta de valía.
¿Cómo ayudar a una persona con depresión?
Una vez sabida la sintomatología más común (pérdida de interés continuada más dificultades del sueño, reducción del apetito, disminución de la concentración, sentimientos de desesperanza y falta de valía) podemos inferir que proporcionar ayuda a personas con depresión no es tarea fácil.
Una persona con sintomatología depresiva se encuentra vulnerable y no tiene ganas de nada, ni es capaz de proyectar un futuro esperanzador; es incluso posible que no quiera tu ayuda, ya que se encuentra enfrascada en su sentimiento de inutilidad, culpabilidad, pesimismo y vergüenza por la situación que está viviendo.
¿Cómo proporcionar ayuda a personas con depresión?
1º. Haz saber a la persona con depresión que has notado ciertos cambios en ella que te preocupan. Dile también que estás disponible para poder apoyarla -tanto como buenamente puedas- cuando lo necesite.
Preferiblemente – ¿qué digo preferiblemente?... NUNCA entres a juzgar a la persona y la sintomatología que tiene. Recuerda que estás para apoyarla y hacerla ver que “no es para tanto” o “si quieres, puedes” realmente no ayuda.
Se trata, por tanto, de hacerla ver los cambios y permitir a la persona con depresión que pueda expresarse libremente, dejando así que pueda manifestar sus pensamientos y emociones.
2º. Invita a esta persona a que haga algo por sí misma. No hace falta que sea una gran actividad, sino que basta con que sea ducharse y bajar a tomar un café/almuerzo contigo en una terraza… y otro día propones una actividad distinta que implique una reactivación conductual de la persona con depresión.
3º. Busca información acerca de psicólogos cercanos disponibles que trabajen con personas con depresión y/o estén especializados en trastornos depresivos. Considera que estos profesionales ESTÉN HABILITADOS Y RECONOCIDOS para la realización de psicoterapia.
Si vas a sugerirle que acuda a un psicólogo, debe tener todo esto:
Un título universitario como licenciado/graduado en psicología
Un master en psicología general sanitaria o uno en clínica
Una habilitación sanitaria y registro como centro, servicio o establecimiento sanitario
Un número de colegiación (estar colegiados en el COP)
4º. Recuerda que la depresión enlentece y merma las capacidades físicas y cognitivas. Es posible que la persona tenga citas médicas u otras consultas y olvide acudir. Puedes ayudarla llevando su agenda de citas o acompañarla mientras no tenga la autonomía para hacerlo por sí.
5º. Al hilo del punto anterior, dado que la depresión merma las capacidades cognitivas, emplaza siempre que sea posible a la persona con depresión a que tome decisiones importantes en otro momento. Si una toma de decisión es importante, requiere toda la concentración posible para dilucidar qué opción conviene. Ello no es posible estando con depresión.
6º. Considera ayudarla siempre y cuando tú te encuentres bien. Es decir, no dejes de tener unos buenos hábitos saludables tales como cumplir con un horario de sueño, tiempo de descanso y una alimentación variada y equilibrada. Estando física y mentalmente descansada, es más fácil dar apoyo a una persona depresiva.
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