1º. ALEJA TODO SUBRAYADOR DE TI
Necesitas evitar la tentación de subrayar lo que estás leyendo.
Sí, lo sé. En este momento debes pensar que he perdido la cordura pero estamos acostumbrados a subrayar en nuestra primera lectura lo “importante”… ¿Y cómo vas a saber qué es importante si ni siquiera sabes cómo acabará la frase? El subrayador tiene su utilidad en la segunda lectura, cuando ya sabes qué es lo verdaderamente importante.
2º. DEJA DE RELEERTE EL LIBRO.
Esto quizás te parezca contradictorio ya que en el punto anterior justamente dejo caer que al menos se debe leer el manual/ libro de texto dos veces.
Repetirte la información subrayada en el libro de manera incesante te da una falsa sensación de aprendizaje. La cuestión es que una vez extraigas la información importante del libro por medio del subrayado, no tengas que usarlo más…
3º. HAZ ANÁLISIS DE CAUSA-EFECTO
También puedes preguntarte ¿QUÉ, POR QUÉ y CÓMO? La forma más fácil de realizar esto es mediante esquemas y resúmenes. Estos, además, facilitan una síntesis de la información extraída del libro.
4º. PIDE A ALGUIEN QUE TE EVALÚE.
No hay sensación más agradable que la de responder correctamente a un amigo cuando te pregunta por parte de la materia a examen. Bueno, probablemente la sensación de responder correctamente en el examen es más agradable aunque no hay estudios al respecto.
Si te evalúan y respondes incorrectamente, repasa en tus esquemas y resúmenes la información y compleméntala con el manual/ libro de texto.
5º. TÓMATE TU TIEMPO.
Cuanto antes te pongas a estudiar, más fácil será que se consolide en tu memoria el material que estás aprendiendo. Riega tu cerebro diariamente “a poquitos” con información, y la absorberá toda; mételo en un tsunami de información porque al día siguiente tienes un examen, y probablemente se ahogará.
¿Quieres aprender técnicas de estudio y mejorar tus resultados?