“La asertividad tiene múltiples beneficios y no puedes salir nunca perjudicado/a.”
“Cuando manejas las cosas con asertividad, sales siempre ganando.”
“Ser asertivo/a es lo mejor.”
Estas son frases que resuenan en nuestra cabeza cuando estamos frente a alguien que pretende que adquiramos una comunicación asertiva o que pretende venderte los beneficios de la asertividad como si únicamente fuera posible vivir en tranquilidad por medio de una comunicación asertiva. ¡Que no te vendan la moto!
¿Qué es la asertividad?
Es cierto, la comunicación desde un prisma o enfoque asertivo da lugar una manifestación de ideas, deseos, opiniones, sentimientos o derechos de forma congruente, clara, directa, equilibrada, honesta y respetuosa. Por tanto, este estilo de comunicación suele ser generalmente útil y funcional para hacer valer nuestros derechos, manejar conflictos, solicitar cambios de conducta en otras personas y expresar sin ofender.
¿En qué se basa la asertividad?
Esto ocurre porque el poder de la comunicación asertiva se cimenta en 2 factores:
--> Una relación con la persona con la cual te comunicas desde una posición de autoconfianza, equilibrio, honestidad y respeto.
--> Una defensa de nuestros derechos asertivos que sentimos están siendo vulnerados.
Pero entonces, ¿a qué me refiero con que nos vendan la moto? Destaco, de lo anteriormente expuesto, las palabras “suele ser generalmente útil”. Y es que aquí está la diferencia entre el 100% de efectividad que puedan venderte con este modelo o técnica de comunicación y la realidad.
¿Se puede no ser asertivo/a?
Que te digan que únicamente existe la comunicación asertiva como forma de expresión sana y te induzcan a que sigas con los ojos cerrados un modelo de comunicación asertiva no sólo es irracional, sino que puede incluso ponerte en peligro (en lugar de salvarte).
Si bien entre los polos de pasividad y agresividad se encuentra el término medio (y saludable) de la asertividad, en ocasiones es preferible NO comunicarse de manera asertiva y optar por actuar de modo pasivo o agresivo.
Ejemplo: Situación: Caminando por la calle te cruzas con dos personas que cortan tu paso, sacan una navaja y te dicen que les des tu cartera y móvil.
Modelo de comunicación asertiva: Le dices “Cuando me apuntas con una navaja y amenazas para que te dé mis posesiones, me siento angustiado. Entiendo que lo estés pasando mal y consideres que sea este tu único recurso para obtener ingresos fáciles, pero te pido que me dejes seguir mi camino con mis cosas…”
Consecuencia: Posiblemente te rajen o te digan que te calles y les des las cosas de una vez. No sólo pones en peligro tu integridad física, sino que además incrementas la tensión al pretender dialogar en lugar de obedecer.
Modelo de actuación pasiva: Cedes.
Consecuencia: Les entregas tus cosas y salvas tu integridad física.
Modelo de actuación agresiva: Te metes en una pelea a costa de tu integridad física para salvar tus pertenencias o sales corriendo con la esperanza de que no te persigan y tomen represalias.
Consecuencia: salvas (o no) tu integridad física y tus pertenencias.
Por tanto, aunque la comunicación asertiva tenga múltiples beneficios, que el aprendizaje de tus derechos asertivos y la expresión de estos de manera asertiva no te sume problemas. Recuerda que uno de los derechos asertivos es el de "tener derecho a no ser asertivo/a" y que eres tú quien decide cuándo es más sensato comunicarse de manera asertiva.
¿Quieres aprender a comunicarte asertivamente?